SANTO DOMINGO, RD.- El doctor Marino Vinicio Castillo, alias Vincho, siendo diputado trujillista propuso que a la Iglesia Católica les fueran incautados los bienes que había acumulado, como forma de reprimirla por la postura de los obispos de no conceder al dictador el título de benefactor de la Iglesia y por la carta pastoral que criticaba los crímenes de la dictadura.El rompimiento de las buenas relaciones entre la Iglesia Católica y la dictadura de Trujillo se produjo en las postrimerías del nefasto régimen.La historia la cuenta el historiador Bernardo Vega en su libro “Kennedy y los Trujillo”. El capítulo del libro titulado “Las relaciones de Trujillo con la Iglesia y la fachada de la Liberación”, se encarga de poner en contexto cómo ocurrieron los hechos.Dice Bernardo Vega que el 4 de marzo de 1961 se produjo el sermón de Monseñor Panal, religioso español, frente a Trujillo en La Vega, y que en el acto religioso el obispo obligó a Trujillo a arrodillarse, quien se negó cuando el sacerdote pidió a todos los presentes ponerse de rodilla para orar por tantos vejámenes y agravios a obispos y sacerdotes.El obispo dijo estas palabras: “Para ello es preciso –que puestos todos de rodillas- repitan conmigo, con viveza y grande dolor y amor: viva la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, viva todo lo divino y sagrado de nuestra religión”. Esto molestó mucho a Trujillo, de acuerdo con el historiador.El 9 de mayo, el diputado Porfirio Dantes Castillo solicitó al Congreso que se aprobase una ley expulsando del país a Tomás Reilly, obispo de San Juan de la Maguana y a Monseñor Panal, obispo de La Vega. El proyecto fue rechazado, pero el Foro Público denunció a los curas españoles por dar instrucciones “fascistas a la juventud”.Uno de los jóvenes, designado como diputado por Trujillo, Manuel (Manolín) Jiménez Rodríguez, presentó en la Cámara de Diputados una moción denunciando el Concordato, ya que éste había sido violado por la Iglesia. También pedía que se desconociera la personería jurídica de la Iglesia y se le suspendieran las contribuciones presupuestales que recibía.Bernardo Vega dice lo siguiente: “Esto implicaba la confiscación de los bienes de la Iglesia. El congresista Marino Vinicio (Vincho) Castillo estuvo de acuerdo con el fondo de esa propuesta, pero impugnó la forma en que Jiménez Rodríguez la había presentado”.Vega cuenta que las agresiones contra Panal fueron múltiples. Dice que grupos compuestos por agentes del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) se dedicaron durante varias madrugadas a penetrar en la Catedral de La Vega y poner a repicar alegremente sus campanas, precisamente en los días más solemnes de la Semana Santa.El 19 de abril de 1961 una turba que pedía la expulsión de Monseñor Panal atacó su casa con palos y pedradas y quemó la casa del sacerdote Luis Felipe Henríquez. “los periódicos, con cruel ironía, reportaban que la turba procedía de Tenares (zona de origen de las Hermanas Mirabal) y que había actuado en venganza porque el padre Henríquez había pegado fuego al Ayuntamiento de ese pueblo y, además, porque tenía una amante”, cuenta Bernardo Vega.Los trujillistas fueron frente a la Catedral de La Vega a repudiar al obispo Panal. “Somos Trujillistas hasta la muerte”, “Fuera los traidores”, “Panal, solo tu con tu traición puedes pagarle a Trujillo tantas bondades”, y muchas agresiones más.Al día siguiente, a las 5 de la mañana, mientras Panal oficiaba una misa, un grupo de 50 mujeres irrumpieron en la Catedral de La Vega. El Caribe dijo que se presumía que las mujeres eran prostitutas. Llegaron con merengues y el obispo suspendió la misa. Los letreros de las mujeres proclamaban su fidelidad a Trujillo.Vega cuenta que luego del ajusticiamiento de Trujillo, Vincho Castillo fue de los congresistas que asumieron la línea dura de enfrentamiento y ataques contra la Iglesia Católica, junto a Manolín Jiménez y Porfirio Dantes Castillo