

El camión transportaba aceite Crisol a los pueblos de la costa de la provincia de Barahona y al poquito tiempo del vuelco llegaron los militares en la camioneta de la COMIPOL, y en vez de poner el orden y salvaguardar la propiedad privada, le echaron mano a sus galones de aceite.
Un militar fue visto cuando subía del barranco con 6 galones de aceites; otro de menor rango le pasaba un galón a otro militar de mayor jerarquía que le quedaba cerca.
El camión cayó por un barranco, el conductor y el ayudante sufrieron contusiones en sus cuerpos, y se veían aparentemente estaban bien en su estado de salud.
La muchedumbre le cayó a la carrera a las cajas de galones de aceite que rodaban por el suelo, además, sintieron una especie de respaldo de los militares, ya que estos no tenían la moral tan alta para ordenarle que detuvieran el saqueó porque ellos fueron parte del mismo.
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