
Dicho acuerdo migratorio, que fue firmado por Bélgica, provocó la ruptura al interior del Gobierno federal, por lo que los altercados se extendieron ante la sede de la Comisión Europea, punto en el que algunos de los manifestantes lanzaron adoquines a los miembros de los cuerpos de seguridad, quienes respondieron con cañones de agua y el lanzamiento de gases lacrimógenos.
De acuerdo con los datos suministrados por un portavoz de la Policía a la agencia internacional de noticias EFE, al menos 97 personas habrían sido detenidas durante la marcha a la que acudieron cerca de 5.500 ciudadanos, pese a la prohibición inicial que había sido hecha por Rudi Vervoort, el ministro-presidente de Bruselas.
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