Juan M. Polanco Brito |
Hace 524 años, específicamente un 12 de octubre de 1492, que los españoles llegaron a nuestra isla y República Dominicana aún no supera el saqueo. ¿Quién me discute que no somos esclavos modernos? ¿Día De La Raza? Yo no celebro este día.
Es cierto que si Cristóbal Cólon no hubiese arribado a nuestra tierra en aquel entonces, no seríamos una civilización moderna como la que somos; también es cierto que si los españoles no se arriesgasen y salieran a alta mar, no se gestaría lo que vemos hoy en día. Pero no sólo debemos enfocarnos en el desarrollo significativo que se elaboró de manera progresiva desde que los españoles llegaron a la isla, sino también debemos analizar los crímenes que se cometieron y cómo los taínos se entrelazaron con ellos; en fin, la principal pregunta que debemos hacernos es la siguiente: ¿Dónde quedó la moral de los españoles?, ¿aún somos esclavos como los fueron ellos?
Utilicemos la lógica con la siguiente pregunta: ¿Creen que los españoles dominaron a los taínos de manera fácil como creemos? La principal respuesta es inconcebible. ¿Por qué? Porque para dar un sí o un no a la respuesta, debemos analizar la religiosidad de los taínos en aquel entonces.
Según diversos historiadores, los taínos en nuestra tierra superaban en gran cantidad a los españoles que vinieron en las 3 yolas (lo digo porque habían sistemas náuticos que superaban a los españoles, como es el caso de China en aquel entonces), cuales fueron "Santa María -donde vino Colón-, La Pinta y La Niña".
El factor principal que hizo que los taínos se extinguieron de manera rápida, fue la religión. Es evidente que ellos creían que era su fin de mundo, por el hecho de que muchos se suicidaban y se masacraban entre ellos mismos para no ser capturados; por otro lado, tenían un calendario muy desarrollado y los líderes religiosos marcaron su fin, porque ellos creían que debían pagar con muerte todo lo malo que hacían. La religión taína fue una de las características que marcó la extinción de los taínos en la isla. También es importante destacar que los taínos desarrollaron una mitología que les permitieron descifrar su supuesto final en la Tierra, donde los líderes religiosos elaboraban rituales en forma de círculo y descifraban su final con ayuda del Sol.
Otro factor que provocó la desaparición de los taínos, fue la sublevación ante el abuso del sistema colonialista implantado por los españoles; no olvidemos que los taínos lucharon contra los españoles, y en una de esas grandes y muchas luchas nació el "Día de las Mercedes", donde una supuesta virgen les salvó la vida.
Es difícil adoptar en nuestras diminutas mentes que, el sistema feudalista español en América empezó a surgir en nuestras tierras y se expandió por el continente que nunca descubrieron esos incrédulos; pasamos a ser segundo plano después y Colón murió sin saber que fue un peón de las lacras de aquel entonces.
En las escuelas sólo se dice que Colón descubrió a América, pero no se habla que el sistema feudalista, que fue cruel e inhumano, fue controlado por el sector religioso, militar, social y económico. Desde ese entonces, la República Dominicana, afectada por lo que ocurrió a partir del 12 de octubre de 1492, ha pasado por una proceso irremediable de transculturización progresiva y analfabetismo funcional. En otras palabras, la cultura ancestral fue desplazada por cultura incomprensible, donde fue adoptado un sistema político, militar, social y económico que aún perturba nuestra moral y consciencia.
Como vamos por ahora, no superaremos jamás los momentos oscuros que nuestra historia nos recuerda y lo seguirá haciendo.
¿Antes? Un Cristóbal Colón que saqueó toda nuestra isla, se llevó nuestra mayor fuente de oro e implantó otro sistema cultural, militar, social y económico, todo por unos reyes sentados en un trono. ¿Ahora? Una Barrick Gold que nos quitan el poco oro que nos dejaron los feudales, que siembran en la penumbra nuestro honor como dominicanos e implantan un poderío en nuestros ojos. ¿Cuál es la diferencia? La inconsciencia y la consciencia. Como al principio, ¿quién me discute que no somos esclavos modernos?
Autor : Juan Manuel Polanco Brito
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