El pasado domingo, 30 de julio; fue un día decisivo para Venezuela. El presidente Nicolás Maduro incitó a la población venezolana a participar a la Constituyente. Más de 19 millones de venezolanos fueron convocados a votar, para elegir a los 545 asambleístas que conformarán la Asamblea Nacional Constituyente, ideada por el Poder Ejecutivo de Venezuela.
Esta cantidad de asambleístas incluirá 364 representantes territoriales, 24estudiantes, ocho entre campesinos y pescadores, cinco empresarios, cinco personas con discapacidad, 28 pensionados, 24 consejos comunales, 79 entre los sindicatos y gremios profesionales y, ocho de las comunidades aborígenes. Estos se elegirían de casi 6,000 candidatos.
Pese a que el oficialismo de Maduro siguió firme desde el 01 de mayo, Día del Trabajador: la oposición mantiene su postura de seguir convocando a huelgas generales, en puntos estratégicos, para hacerle un boicot a este acto. Aquel día, 01 de mayo, el presidente venezolano convocó a elecciones por la formación de una ANC, lo que oposición no quiso porque no le convenía.
Antes de la celebración de esta elección, Nicolás Maduro invitó a la oposición a dialogar. El presidente propuso que con la formación de la Asamblea Nacional Constituyente, pediría que emitan una ley para obligarlos a ir un proceso de diálogo. Este paso sería un absurdo y deja evidenciado que el camino de Venezuela es hacia un totalitarismo; la misma izquierda, de base, está en contra del control absoluto. Sin más preámbulos, que Maduro sugiera eso sería una contradicción dentro de las ideologías socialistas.
Desde que los venezolanos y el mundo supieron de estas elecciones, el caos en Venezuela aumentó en gran manera. Las huelgas, asesinatos, robos, agresiones físicas y mentales, no han podido cesarse ni con la misma victoria del oficialismo en la Constituyente. Las vías pacíficas se agotan entre los venezolanos, pero las campañas en contra de Maduro van ascendiendo con los problemas que arropa ese país latinoamericano. No le veo sentido culpar al presidente venezolano ordenar asesinar a su propia gente. Entiendo que, pese a todo, en su cargo, las decisiones serían cazar o dejarse cazar; sabemos cuál sería la repuesta de cualquier humano.
La Constituyente no ha sido bien recibida a nivel internacional, otra incoherencia de la implementación de la democracia y libertad por organismos internacionales. Es bien sabido que, si no se acata los intereses de las élites que dominan el mundo, las campañas sucias no se exterminarán por sí solas.
La Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, México y otros países latinoamericanos, como Brasil, Argentina, Chile y Colombia, estuvieron siempre de acuerdo con las elecciones que proponía Maduro. Pero, por lamentable que sea, no estuvieron en desacuerdo con la oposición cuando proponía estas mismas elecciones. Cuento el caso de María Corina Machado, quien pidió una Constituyente en el 2013; Leopoldo López la pidió en el 2014. Todo esto porque tenían a su favor el Poder Legislativo y el Gobierno de Maduro se veía debilitado.
El opositor Freddy Guevara, dirigente de Voluntad Popular, fundado por Leopoldo López el 05 de diciembre de 2009 y partido que pertenece a la Internacional Socialista desde el 13 de diciembre de 2014, solicitó una Constituyente el 23 de mayo de 2017, para cambiar la Constitución de Venezuela y refundar el país.
Henry Ramos Allup, secretario general de Acción Demócrata y vicepresidente de la Internacional Socialista, también apoyó la Constituyente como lo establece la Constitución de Venezuela, como lo hizo el oficialismo. Pero, cuando vieron que sus resultados no les favorecerían, decidieron optar por otra vía.
La vía que optó la oposición venezolana fue la de un plebiscito, sin ser avalado por su Constitución y sin control del Consejo Nacional Electoral de Venezuela. Los votos de la Constituyente están ahí; los del plebiscito no, pues fueron incinerados por estos opositores, quizás para evitar una auditoría.
Las fuerzas internacionales hicieron un esfuerzo increíble para evitar estas elecciones, pero el pueblo venezolano decidió a favor de Nicolás Maduro. La presidente del CNE venezolano, Tibisay Lucena, confirmó la participación del 41.53% del padrón electoral, para un total de 8, 089,320 venezolanos a favor de la Constituyente de Maduro. Pero, según la Mesa de la Unidad Democrática, sólo hubo un total de 2, 483,073 votos a favor del oficialismo, para un total del 12.4% del padrón electoral. Esos resultados fueron arrojados antes del CNE, sin control alguno y sin credibilidad, pero que fueron recibidos a nivel mundial.
No quiero ustedes al leer esto, me vean como un defensor de la Constituyente de Nicolás Maduro. Creo que su convocatoria fue inoportuna y él no goza con una popularidad internacional, pese a que no debe ser un factor determinante para el caso. E incluso, en la izquierda, esos fundamentos socialistas desechan el totalitarismo que él profesaría con esta victoria.
Autor: Juan Manuel Polanco Brito (Revisado y corregido por Lic. Fermín Vargas)
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